¡ALERTA, inmigrantes! De esta manera podría afectar las deportaciones de Trump a las economías agrícolas de los estados

A pocos días de asumir el poder, la población presenta expectativas por el cumplimiento de la promesa de Donald Trump sobre deportar a millones de inmigrantes. Esto podría afectar las economías de los estados donde la agricultura y otras industrias relacionadas con los alimentos son cruciales, y donde abunda la escasez de mano de obra.

Los inmigrantes representan alrededor de dos tercios de los trabajadores agrícolas del país, tal como lo menciona el Departamento de Trabajo de Estados Unidos, y aproximadamente 2 de cada 5 de ellos no están autorizados legalmente para laborar en Estados Unidos. Las industrias agrícolas, como las empacadoras de carne, las granjas lecheras y las granjas avícolas y ganaderas, también dependen en gran medida de los inmigrantes.

Anita Alves Pena, docente de economía de la Universidad Estatal de Colorado, que estudia la inmigración, señaló que diversos empleadores agrícolas ya no pueden encontrar suficientes trabajadores. A los empleadores les resulta complicado encontrar suficientes trabajadores agrícolas porque generalmente se les pagan salarios bajos por un trabajo arduo. Además de contratar trabajadores inmigrantes que se encuentran en el país ilegalmente, los empleadores agrícolas dependen del programa federal de visas H-2A.

Los defensores de la inmigración buscan una manera de otorgar estatus legal permanente a los trabajadores H-2A, mientras que las organizaciones comerciales agrícolas están presionando para ampliar este programa e incluir a aquellos empleados en operaciones durante todo el año.

La Federación Nacional de Productores de Leche asegura que aún es temprano para determinar cómo manejarán las deportaciones masivas bajo la administración Trump, pero subraya su apoyo a los esfuerzos por aprobar una reforma laboral agrícola que ofrezca estatus legal permanente a los trabajadores actuales y sus familias, además de permitir que los productores lecheros tengan acceso a un programa de trabajadores invitados viable.

Según la organización, los inmigrantes constituyen el 51% de la fuerza laboral en las granjas lecheras de todo el país, y las granjas que emplean inmigrantes producen cerca del 80% del suministro de leche en los Estados Unidos. Jaime Castaneda, vicepresidente ejecutivo del grupo para el desarrollo de políticas y estrategias, expresó en un correo electrónico que “los trabajadores extranjeros son cruciales para el éxito de la industria láctea estadounidense, y trabajaremos de cerca con los miembros del Congreso y funcionarios federales para destacar su importancia tanto para la industria láctea como para las comunidades agrícolas”.

Adam Croissant, ex vicepresidente de investigación y desarrollo en la empresa de yogur Chobani, que tiene plantas en Idaho y Nueva York, comentó que ha observado una gran cantidad de desinformación sobre las contribuciones de los inmigrantes al sector laboral. Según él, “la industria láctea en su conjunto sabe que sin la mano de obra inmigrante, esta industria no podría existir. Así de simple”.

Por su parte, Tom Super, portavoz del Consejo Nacional del Pollo, criticó la política migratoria de Estados Unidos, afirmando que la industria avícola desea una fuerza laboral legal, estable y permanente. En un correo electrónico, Super señaló que la política migratoria del país afecta gravemente a la industria, resaltando que “el sistema está roto y Washington no ha hecho nada para solucionarlo”.